Los investigadores en autismo reclaman una “intervención psicopedagógica y social eficaz”

Panter 24/12/10, 04:59 am

Las dificultades para relacionarse o comunicarse con los demás y para imaginar son algunos de los síntomas que tienen las personas con Trastornos Generalizados del desarrollo o Trastornos de Espectro Autista (TEA), que tienen alguno de los cinco siguientes: Autismo, Trastorno de Rett, Trastorno Desintegrativo de la Niñez, de Asperger, y Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado.

El niño autista puede entretenerse mucho con un solo objeto sin llegar a entender para qué sirve

La investigadora María Frontera, perteneciente al Departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza y miembro del Grupo de investigación de Pediatría Genética, lleva más de una década centrada en estos Trastornos de Espectro Autista (TEA), donde últimas investigaciones manifiestan que el número de personas afectadas está aumentando, pero los casos diagnosticados son menos severos que antes. En Estados Unidos las cifras indican que uno de cada 100 niños padece esta enfermedad, aunque no todos en grados importantes sino más bien moderados. En Aragón los datos son de uno de cada 524.

Aunque no hay una sola causa, la fuerte implicación genética determina la aparición de los Trastornos de Espectro Autista, donde es preciso una eficaz intervención psicológica y social, tal como aseguraron los 300 expertos y profesionales en autismo de toda España que asistieron al XV Congreso Nacional “Profesionales del Autismo (AETAPI)”, celebrado hace un mes en Zaragoza, con el lema “Reflexionando juntos para actuar mejor”. Este foro participativo puso de manifiesto la necesidad de que investigadores de diversas universidades españolas trabajen en red, “a partir de enero se va a constituir una red con grupos de diversas universidades, entre ellas la de Zaragoza”, señala Frontera.

En el caso de los niños o adultos afectados por Asperger se caracterizan por ser inteligentes, con apariencia exterior normal, pero con problemas para relacionarse socialmente, presentando comportamientos inadecuados y teniendo alterados los patrones comunicativos. “Tienen mayor conciencia de lo que les ocurre y esto les crea mucho sufrimiento, especialmente cuando pasan de Educación Primaria a Secundaria. Al sentirse diferentes al resto de sus compañeros, suelen caen en depresión o presentar agresividad, trastorno obsesivo compulsivo e hiperactividad, escondiendo así el problema real”, asegura esta investigadora, que en 2004 fue la impulsora y directora del primer estudio que se realizó en Aragón para diagnosticar la incidencia de Asperger en un total de 17.794 niños, procedentes de 71 centros aragoneses de ESO, de los cuales se detectó que unos 167 presentaban dificultades sociales, que representa un 1% del alumnado y mayoritariamente masculino.
Antes de esta investigación, este trastorno estaba infravalorado, creyendo que apenas una docena de niños padecían este trastorno en todo Aragón.

El diagnóstico precoz es muy importante en cualquiera de estos cinco trastornos de desarrollo, tal como asegura María Frontera, que también apunta que a los 9 meses ya se pueden encontrar indicios de autismo. “Si se percibe que el bebé no señala con el dedo” o no responde a la interacción. A los 18 meses también se puede detectar, si hay “una falta de juego simbólico” y a los 2 años, si el niño no responde a su nombre. “Estadísticamente hay estudios sobre niños que ya tienen un diagnóstico de autismo, pero es difícil reconstruir el desarrollo en los primeros meses de vida”, señala esta psicóloga.

Junto al diagnóstico precoz, “la forma más eficaz de ayudar a estas personas con TEA es una intervención psicopedagógica y social, siendo precisos profesionales y servicios especializados”, concluye María Frontera. Con esta intención, el pasado 10 de diciembre, se celebró el Día de los Derechos Humanos, donde desde la Universidad de Zaragoza, por iniciativa de esta experta, se reivindicaron las necesidades y derechos de estas personas afectadas por trastornos de espectro autista, con el lema “Movimiento de vida independiente”. Este día también fue importante para los 65 estudiantes de diversas facultades de esta institución universitaria que participan como voluntarios en “Apúntate”, el programa de voluntariado puesto en marcha por esta investigadora para que las familias de niños con este trastorno reciban asesoramiento y acompañamiento.

Rosa Castro